El día de nuestra boda se supone que debe ser un día especial, un día para el recuerdo en el que todo sea felicidad y alegría, pero para llegar a ese día, hay que pasar por muchos planes, mil temas que organizar, a veces momentos de desaliento y frustración si vemos que las cosas no van saliendo como quisiéramos, y todo eso es una carrera de fondo a la que podemos llegar ya exhaustos.
Para que todo eso no pase, hay que estar preparados y organizar nuestro mejor día haciendo que todo el proceso forme parte también de bonitos recuerdos y no los empañe.
Lo principal y más importante a la hora de planificar cada uno de los puntos es tomárselo con filosofía y tener siempre la mente abierta a la flexibilidad. Quizá alguna de las ideas que llevamos, incluso años, pensando para nuestro día soñado finalmente no sean factibles, se salgan del presupuesto o, simplemente, no podamos llevarlas a la realidad por cualquier otro motivo.
Muchas veces los pros y los contras se ven mejor desde fuera, pero eso no significa que deleguemos todo en los demás. La boda es nuestra y somos nosotros los que debemos tomar las decisiones finales.
Si realmente deseamos una boda bien planificada, el calendario es la clave: el reloj comienza a contar aproximadamente un año antes e incluso dos, especialmente si el enlace es formal porque habrá que estar muy pendiente del tema administrativo, documentos que necesitaremos para legalizar el matrimonio, y todo eso puede demorarse mucho. En el caso de los lugares o iglesias más solicitados, todavía más. ¡Atentos a las listas de espera!.
Este será el eje central y a partir de aquí tenemos que fijarnos todos los demás elementos.
El tipo de boda que vayamos a hacer será el reflejo de la personalidad de los novios y esta puede extenderse también hacia el resto de detalles, cosa que también será determinante para calcular el presupuesto que tendremos que invertir en ella.
Los primeros euros podrían ir destinados a comprar una libreta específica para escribir allí todo lo que tenga relación con la boda. Así seguro que no se nos escapa nada y mejor por escrito que en la cabeza.
Hemos hablado de 12 meses, así que vamos a tomar 12 pasos:
Paso 1: Decidir el presupuesto inicial (e intentar no sobrepasarlo). Para ello, asociaremos una partida a cada aspecto que vamos a incluir en la boda: banquete, decoración del lugar de la ceremonia, trajes, anillos, viaje de luna de miel, invitaciones y detalles para los invitados, otros servicios extra como fotógrafo profesional, peluquería y maquillaje…
Una buena forma de orientarnos es conocer los precios del mercado a través de internet o preguntar a buenos amigos que se hayan casado hace poco.
Paso 2: Una vez decidido el tipo de ceremonia, comenzaremos, como hemos dicho, a recabar y presentar los documentos que necesitemos para reservar la fecha y hora del lugar de celebración.
Paso 3: Haremos una estimación aproximada de los invitados que asistirán y buscaremos un lugar para celebrar el banquete que se ajuste a nuestros gustos, con cabida suficiente y eligiendo el menú con tiempo. Tened en cuenta la distancia entre la localización de la ceremonia y el banquete o la facilidad de acceso al mismo.
Paso 4: Los trajes de los novios. Es momento de empezar a elegir el diseño con el que queremos brillar. Conviene tenerlo claro varios meses antes de la boda por si fuera necesario que una modista hiciera algunos retoques para que quede tal cual queremos.
Paso 5: Con los lugares reservados, la cantidad de invitados más o menos clara y los trajes elegidos, le toca el turno a la decoración.
Visualizad el espacio y pensad en las flores, los centros decorativos, la iluminación o los detalles divertidos que sorprenderán a los invitados, como un photocall.
En cuanto a las flores, es mejor decantarse por las de temporada, facilitando el suministro, abaratando costes y, además, se mantendrán frescas por más tiempo.
Para las luces, pensad en el horario del que vais a disfrutar del lugar, en la ubicación de las conexiones eléctricas o enchufes, en el tipo de iluminación que os apetece tener, e incluso en separar espacios gracias a ella.
El photocall, tan de moda ahora, puede ser una gran, y económica, idea ya que, además de aportar un toque fresco, sirve para que los invitados se desinhiban, charlen, se mezclen y sean más partícipes todavía de la celebración.
Paso 6: La contratación de otros profesionales, como el fotógrafo o los músicos. Es bastante probable que la fecha en la que decidamos contraer matrimonio haya otras muchas parejas que también lo hagan. Es por eso que cerrar 5 o 6 meses antes de la boda un acuerdo (escrito mejor que apalabrado) nos evitará contratiempos o tener que buscar a otra persona con cuyo trabajo no nos sintamos igual de identificados.
Paso 7: Vuestra preparación. Si la boda es por la iglesia, recordad que deberéis sacar tiempo para realizar los cursillos prematrimoniales unos 6 meses antes de la ceremonia religiosa, aunque algunas parroquias ya realizan cursillos intensivos e incluso a distancia, pero es mejor consultarlo antes con la vuestra.
El baile con el que suelen romper el hielo los novios, si es que tenéis previsto hacerlo, y si no sois grandes bailarines, también convendría comenzar a ensayarlo un par de meses antes, por si las moscas.
Paso 8: No dejéis para última hora la decisión del destino de vuestro viaje de la luna de miel. Cuanto más próxima esté la fecha, los billetes serán más caros y los hoteles que queríais puede que ya estén completos. Además, quizá haya algunas actividades que tengan aforo limitado o necesiten reserva con mucha antelación. Eso sin contar con tramitar los visados o las vacunas recomendadas para algunos viajes internacionales.
Paso 9: Tres o cuatro meses antes de la fecha es un plazo perfecto para redactar y enviar las invitaciones de la boda y así tener la confirmación de la asistencia o no de los comensales para informar con la mayor precisión a los encargados de la realización del menú del banquete y estos a su vez a los proveedores.
Paso 10: Hora de adquirir los accesorios como el calzado, joyería, bolso y cualquier otro complemento que vayamos a llevar.
En este punto podríamos incluir los detalles para los invitados, si no es algo hecho a mano, que en ese caso el tiempo de preparación podría ascender y colocarse como prioridad entre los pasos 5 y 6.
Paso 11: Las alianzas. Las hemos dejado casi para el final porque en esta fase ya hemos ido restando mucho del presupuesto, pudiendo establecer la elección de materiales, diseño o la firma conforme a las cantidades económicas que nos queden del cálculo inicial.
Paso 12: Apenas faltando un par de meses para el gran día, y con los nervios dejándose notar, llega el esperado momento de las pruebas: de maquillaje, peluquería, ensayos hacia el altar, el papel que van a realizar padrinos, testigos o pajes y los discursos de alguno de los asistentes.
¡Ya sólo falta disfrutar y dejarse llevar por la emoción!
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