Una de las dudas que nos surgen, ya no cuando comenzamos con el proceso para preparar nuestra boda, pero sí cuando se va acercando poco a poco el día tan esperado y comenzamos con los ensayos del rito principal, es dónde debe ir el anillo de boda.
El dedo por lo general lo tenemos claro puesto que el nombre sobre el que se suele poner ya nos da una pista: “anular”, pero ¿y la mano? ¿la izquierda o la derecha? ¿los dos cónyuges la misma o cada uno distinta?
No te preocupes porque no eres ni mucho menos la única persona a quien le comienzan a asaltar estas preguntas meses o días antes de la boda.
Hoy te voy a explicar un poco más cuáles son las costumbres al respecto en cada país y de dónde viene esta idea, para que sepas por ti misma/o qué es lo que deberías hacer en tu caso.
Además, conociendo mejor la historia que envuelve a las alianzas nupciales, seguro que vives mejor el simbolismo que se encierra tras este ritual.
Pero comencemos por el principio: ¿mano izquierda o mano derecha?
Tu país de origen o el lugar en el que resides es alguno de los de esta lista:
Son costumbres que se dan también en muchos otros países de Asia. ¿El por qué?
Lo cierto es que llevar la alianza en la mano izquierda no siempre ha sido una tradición en los países anteriores. De hecho, en los de habla inglesa, que son muchos de los que hemos nombrado en la lista, hasta el siglo XVIII lo general era llevarlo en la derecha, pero ojo, no todo el mundo llevaba anillo. Era algo prácticamente exclusivo de la mujer.
Se dice, y de hecho es así para un gran número de la población, que es diestra, que la mano derecha es la dominante, mientras que la mano izquierda la utilizamos como auxiliar, es decir, no es la que tiene la fuerza principal ni con la que nos manejamos mejor (a menos que seamos zurdos, obviamente).
Como deferencia o respeto hacia su marido, ya se sabe, el cabeza de familia y el que tomaba las decisiones por aquella época, las mujeres comenzaron a llevar su alianza en la mano izquierda. De este modo daban a entender de algún modo que ellas eran incondicionales de lo que hiciese o dijese su marido, el “sexo fuerte”, el “diestro”.
También otras versiones más románticas apuestan por una historia mucho más sentimental, y es que se creía que en el dedo anular de la mano izquierda existía una vena cuyo camino fluía hasta llegar al corazón. A esta vena la llamaban la Vena Amoris y, como casi todas las leyendas, poco tiene de real, pero sí mucho de novelesco.
Vives o te casas en:
Quizá el origen de esta preferencia viene de época antigua, en concreto de los romanos, que consideraban que la mano izquierda era impura, al igual como ha ocurrido, y en algunos casos continúa ocurriendo, en otras zonas, especialmente la India o países islámicos donde es habitual usar la mano derecha para comer y la izquierda para el aseo y la higiene personal.
En nuestro país ocurre algo bien curioso y es que dependiendo de la comunidad autónoma en la que celebremos nuestro matrimonio, nos sorprenderemos al ver que el anillo se coloca en una u otra mano.
Por ejemplo, en la Comunidad Valenciana la costumbre es llevarlo en la mano izquierda, al igual que ocurre con Cataluña, pero no en el resto de comunidades, en las que los novios optan por la mano derecha.
Así que ya sabes, para gustos colores, y para anillos, dedos, así que decídete por el que prefieras, por el que te sientas más a gusto o por llevarlo en la mano en el que no lleves el de compromiso.
Entre todas las opciones que hay, dos son las que más se suelen hacer tras la boda: una de ellas es pasarlo de una mano a otra. Por ejemplo, si el anillo de boda lo llevas en el dedo anular de la mano izquierda, el de compromiso, situarlo en el mismo dedo de la mano derecha, o a la inversa.
También hay mujeres que deciden ponerse en el mismo dedo el anillo de compromiso y el de boda, como si fuera un conjunto, pero esto también dependerá de nuestra comodidad y del tamaño y forma de los anillos.
Si no quieres llevar los dos, también puedes pasar el anillo de compromiso por una gargantilla y llevarlo como colgante, o directamente guardarlo en su cajita y lucirlo únicamente en algunas ocasiones más especiales.
En algunas culturas, cuando un hombre o mujer enviudan, como símbolo del aprecio y del recuerdo por su ser querido, conservan su anillo de boda, pero lo pasan a la mano contraria.
La forma redonda de los anillos simboliza a cada uno de los contrayentes como uno de los astros: el Sol, que representa a la parte masculina, y la Luna, a la femenina.
Los materiales con los que suelen realizarse, oro o plata, son metales de gran valor y de mucha duración, la misma que se pretende que tenga el compromiso y la unión de los recién casados y representar, pues, la eternidad.
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