Una boda es un acontecimiento único en tu vida, una ocasión que no se celebra todos los días y, por tanto, un evento que tiene que ser recordado para la eternidad.
Eso mismo parece que es lo que piensan los habitantes de la India, conocidos por gastar las mayores cantidades de dinero del mundo en estas celebraciones, con la friolera de 100.000 euros de media, muy por encima de lo que se dejan los españoles, que es entorno a los 17.000 euros.
Entre los indios y los españoles encontramos a los estadounidenses, con un gasto medio de unos 30.000 dólares (al cambio unos 25.800 euros aproximadamente) o a los australianos con más de 50.000 euros.
Las bodas hindúes incluyen una gran variedad de rituales y ceremonias que se heredan de una generación a otra, lo que conlleva que se extienda considerablemente el tiempo para realizarlos. En una boda india de nivel medio-alto, los faustos nupciales duran desde 7 días a dos semanas.
Esta ya es de por sí una diferencia destacable, pero, además, si contamos con que en esos siete días de fiesta la comida y la música están siempre presentes, la cosa está mucho más clara.
En la actualidad, al igual como se ha hecho tradicionalmente, muchos de los matrimonios en la India siguen estando pactados por los padres, por lo que los novios puede que ni siquiera se conozcan hasta el mismo día de la boda. Eso significa que la unión no se hace sólo entre dos personas, sino que es más bien una unidad de dos clanes o familias.
La novia, desde el mismo momento en que se casa, pasa a formar parte de la familia de su marido, con quienes probablemente convivirá como una hija más.
El tipo de rituales podrá variar dependiendo de la religión, el nivel social o la zona del país en la que vivan las familias.
Cuándo se celebre la boda no es una decisión personal, sino que vendrá dispuesto por los astros, que son los que determinan cuál es el mejor día para llevar a cabo el ritual de los anillos, el intercambio de estas piezas por parte de los novios.
La celebración se hace primero por separado: por un lado el novio con su familia, y por otro la novia con la suya, para finalmente seguir con un ritual conjunto.
Como es ya conocido, los colores son fundamentales en prácticamente toda festividad del país asiático, y un casamiento no lo es menos. Empezando por los tatuajes de henna con los que otras mujeres se encargaran de cubrir a la novia, que guardan gran importancia dentro de la tradición hindú por su simbolismo.
Con ellos se inicia el camino de la novia hacia el matrimonio en una especie de despedida de soltera.
Durante el tiempo que la henna se mantenga intacta en la piel de la novia, esta no realizará ninguna clase de trabajo, aprovechando esta situación para recibir todas las atenciones necesarias hasta el momento de desposarse.
Aunque estos diseños son un símbolo de belleza y arte, la realidad es que se comenzaron a utilizar dentro del seno de las familias menos pudientes, que no tenían una economía que les permitiera adornar a la novia con las mejores joyas, y los tatuajes de henna llegaron a convertirse en una buena alternativa a las pulseras, anillos y collares.
Se dice que si el color que permanece en la piel tras la aplicación de la henna es muy fuerte, también lo será la unión con su futura suegra.
La matriarca del clan va a ser una figura muy importante para el nuevo miembro de la familia, más todavía que su propio esposo. Y algo similar ocurre con las otras mujeres de la familia, esposas de los hermanos del marido, de quienes deberá ganarse su respeto.
Los trajes también se caracterizan por su riqueza y ornamentación. El día de la boda, el novio, que llega a la casa familiar de la novia montado a caballo, viste el achkan, que es un traje típico compuesto por pantalón y una chaqueta larga similar a una casaca y a medio camino de una chilaba, en seda y con tonos dorados, y lleva un llamativo turbante sobre su cabeza.
La novia, por su parte, suele llevar el conocido sari indio, generalmente en rojo y dorado, y engalanada con grandes joyas en oro como un collar, pulseras, y la “tikka”, la opulenta pieza de orfebrería que se coloca sobre la frente.
Esas joyas que la novia utiliza durante el enlace son un regalo de la familia de su futuro esposo.
Aunque por ley está prohibido, la realidad social es que la novia debe aportar una dote para poder casarse. Además, como pasa a ser parte de la familia de su marido, pierde automáticamente la herencia, con lo que los objetos y el dinero que puedan ofrecer sus padres harían de algún modo la función de herencia anticipada.
En las bodas indias es muy importante la apariencia, por eso se derrocha tanto dinero, aunque esto conlleve que algunas familias se endeuden hasta las cejas. Todo es poco para sorprender a los invitados y lucir su poderío con toda la ostentación posible: desde escoger espectaculares lugares para celebrarla, contratar los servicios de conocidos artistas, hasta contar con la presencia de enormes elefantes pintados y cubiertos con los mejores tejidos.
Los elefantes son la representación de la buena suerte, y están presentes en muchas de las ocasiones importantes y que implican un cambio sustancial en la vida de los habitantes de la India, por lo que en una boda no pueden faltar.
Al igual que ocurre con las bodas en España, los asistentes a este acto también suelen hacer regalos a los futuros esposos, pero son bastante más generosos: desde 500 euros por persona, pero, como siempre, dependerá en cada caso.
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